martes, 16 de junio de 2009
Día Mundial del Adulto Mayor
Ayer se celebró el día mundial anti-maltrato del adulto mayor y en Chile -donde un 13% de la población son adultos mayores de 65 años-, se hicieron conmemoraciones alusivas en distintas regiones del país. Se vió en televisión a unos animosos abuelitos capeando el frío de Santiago frente a La Moneda en bailes y cantos de alegría.
Quiero aprovechar la fecha para hacer algunas reflexiones acerca la importancia de los abuelitos en la vida familiar.
Primero, que es fantástico para los nietos el poder contar con la presencia cercana de sus abuelitos en casa, ellos son quienes más los disfrutan. Los niños desarrollan una noción de "familia" desde muy temprana edad, que por lo general no se ve en aquellos otros niños que no cuentan con una relación cercana a sus abuelos. Aprenden a compartir con personas mayores, a reconocer las distintas necesidades de las personas según el ciclo vital,que viven, les estimula el desarrollo de la ternura y de la empatía (capacidad de ponerse en el lugar del otro) si el abuelito o abuelita tiene alguna limitación física (ya que se ve que los niños suelen ser muy amorosos y considerados con ellos y los atienden o les demuestran gestos de ternura como intentar acomodarlos en sus sillas de ruedas o alcanzarles objetos). Los niños también se sienten más acogidos o protegidos si es que los papás trabajan y no están en casa, ya que igual cuentan con un miembro de la familia que los acompaña durante el día. A veces los abuelos son muy joviales y cumplen hasta el rol de compañero de juego de los niños. Para los niños es ganancia por donde se le mire...
Por otro lado, para el abuelo o abuelita también es preferible vivir rodeado de los suyos a estar en un asilo, siempre y cuando sea bien tratado en casa y atendido en todas sus necesidades (físicas y afectivas). Lamentablemente la realidad dista de ser la ideal y muchos abuelitos que viven con sus familias son maltratados tanto física como psicológicamente. Muchas veces son considerados un estorbo y no como un aporte al desarrollo emocional o al desarrollo de la identidad del resto de los miembros de la familia, sobre todo de los nietos. No se valora su experiencia, sus vivencias, su sentido de la madurez y sus valores familiares. Los mayores transmiten sus conocimientos y la cultura propia de cada familia, que es parte de la herencia a dejar a los hijos y nietos. No hay nada más lindo que sentarse en una tarde de invierno a escuchar las historias de la niñez de los abuelos y poder comparar las distintas épocas vividas...
Para los abuelitos también, no hay nada más enriquecedor y saludable que poder sentirse útiles hasta el final de sus días, útiles en el sentido de transmitir sus vivencias, sus pensamientos, su historia de vida y dejarlo como legado a la familia en su paso por esta vida.
Opino que los abuelos merecen ser acogidos en las casas de sus familias y ser incorporados como un miembro más de éstas, ya que en nuestra sociedad actual en que cada día somos más individualistas y egoístas, no podemos dejar pasar esta oportunidad de volver un poco a la humanización de nuestras relaciones, volver a las raíces, a la esencia de nuestra identidad personal.-
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Quiero aprovechar la fecha para hacer algunas reflexiones acerca la importancia de los abuelitos en la vida familiar.
Primero, que es fantástico para los nietos el poder contar con la presencia cercana de sus abuelitos en casa, ellos son quienes más los disfrutan. Los niños desarrollan una noción de "familia" desde muy temprana edad, que por lo general no se ve en aquellos otros niños que no cuentan con una relación cercana a sus abuelos. Aprenden a compartir con personas mayores, a reconocer las distintas necesidades de las personas según el ciclo vital,que viven, les estimula el desarrollo de la ternura y de la empatía (capacidad de ponerse en el lugar del otro) si el abuelito o abuelita tiene alguna limitación física (ya que se ve que los niños suelen ser muy amorosos y considerados con ellos y los atienden o les demuestran gestos de ternura como intentar acomodarlos en sus sillas de ruedas o alcanzarles objetos). Los niños también se sienten más acogidos o protegidos si es que los papás trabajan y no están en casa, ya que igual cuentan con un miembro de la familia que los acompaña durante el día. A veces los abuelos son muy joviales y cumplen hasta el rol de compañero de juego de los niños. Para los niños es ganancia por donde se le mire...
Por otro lado, para el abuelo o abuelita también es preferible vivir rodeado de los suyos a estar en un asilo, siempre y cuando sea bien tratado en casa y atendido en todas sus necesidades (físicas y afectivas). Lamentablemente la realidad dista de ser la ideal y muchos abuelitos que viven con sus familias son maltratados tanto física como psicológicamente. Muchas veces son considerados un estorbo y no como un aporte al desarrollo emocional o al desarrollo de la identidad del resto de los miembros de la familia, sobre todo de los nietos. No se valora su experiencia, sus vivencias, su sentido de la madurez y sus valores familiares. Los mayores transmiten sus conocimientos y la cultura propia de cada familia, que es parte de la herencia a dejar a los hijos y nietos. No hay nada más lindo que sentarse en una tarde de invierno a escuchar las historias de la niñez de los abuelos y poder comparar las distintas épocas vividas...
Para los abuelitos también, no hay nada más enriquecedor y saludable que poder sentirse útiles hasta el final de sus días, útiles en el sentido de transmitir sus vivencias, sus pensamientos, su historia de vida y dejarlo como legado a la familia en su paso por esta vida.
Opino que los abuelos merecen ser acogidos en las casas de sus familias y ser incorporados como un miembro más de éstas, ya que en nuestra sociedad actual en que cada día somos más individualistas y egoístas, no podemos dejar pasar esta oportunidad de volver un poco a la humanización de nuestras relaciones, volver a las raíces, a la esencia de nuestra identidad personal.-
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